Las neuronas comienzan a desperezarse, la sangre comienza a fluir a un ritmo más acelerado y las tripas resuenan suplicantes. Nada inhabitual en el despertar de cualquier hijo de vecino. Pero cualquier traductor sabe que la obligada y esperada consulta de su correo electrónico profesional es la siguiente tarea que debe acometer tras concluir con su particular ritual matutino. Así empieza el día y sale el sol para cualquier profesional de la traducción. La bandeja de entrada puede contener alguna que otra notificación procedente de las diversas redes sociales donde has dejado tu impronta el día anterior o varios mensajes recordando la actividad diaria en listas de distribución de tu interés. Todo ello es leído con sumo interés e ilusión al comprobar que tus incursiones por la red no caen en saco roto y tu caminar deja una bonita estela que es seguida por profesionales multidisciplinares de todo el mundo.

El proyecto de tu vida
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