Crónica del III Ojo de Polisemo (1/2)

JUEVES 12 DE MAYO

El III Encuentro universitario-profesional de la traducción literaria el ojo de Polisemo empezó el jueves 12 de mayo a eso de las 18:30 con prisas, carreras, comida casi sin masticar, aparcamiento imposible en Alicante y un fatigoso trayecto al trote cual fondista desde la zona en que dejé estacionado mi coche, a una distancia lo suficientemente respetable como para considerarla la ración recomendable de ejercicio diario. La presentación de estas jornadas corrieron a cargo de Josefina Bueno, María Teresa Gallego Urrutia, Catalina Iliescu y Juan Jesús Zaro y estuvieron organizadas por ACETT Traductores y Sede Ciudad de Alicante, sita en la Avenida del Doctor Ramón y Cajal de la capital alicantina a escasos metros del Mediterráneo.

La primera y única charla de la jornada (Traducir y escribir a cuatro manos) corrió a cargo de Teresa Solana, una escritora de novela negra y traductora de sus propias obras, de verbo fácil, directo y, en ocasiones, ácido que criticó duramente la pasividad de algunas instituciones inmovilistas que defienden la pureza de la lengua catalana olvidándose de la jerga que emplean la inmensa mayoría de catalanoparlantes. Su obra está trufada de expresiones, que denominó “de los bajos fondos”, utilizadas en todo el territorio catalán a pesar del disgusto de algunos críticos literarios.

No se olvidó de la inmensa figura del malogrado traductor literario Miguel Martínez-Lage destacando su imborrable legado y su aportación decisiva pero desgraciadamente incompleta a nuestra profesión. No dejó pasar la oportunidad de reprochar la reprobable querencia de la industria editorial de imponer plazos de traducción cada vez más asfixiantes que redundan en auténticas “chapuzas”, según palabras de la propia Teresa, ligadas inexorablemente a un salario insuficiente y un prestigio social menoscabado. Los subyugados profesionales se ven acorralados en un peligroso círculo vicioso que no beneficia a nadie.

No se olvidó de que la noción de fidelidad en la traducción literaria, entendida como la reproducción del texto original en el texto meta, es algo quimérico y erróneo pues todo profesional debe rendir pleitesía a la empresa de transmitir el mensaje profundo que subyace tras la lectura y comprensión del original. En este sentido, hizo mención a fundamentos básicos de la traducción literaria como el respeto de la musicalidad, tono y ritmo del original. Estos tres elementos constituyen el núcleo duro de esta especialidad y engloban la esencia del buen traductor literario.

Al finalizar la charla de Teresa, nos dio tiempo en el ágape que nos habían preparado en la terraza de la Sede a conocer a gente nueva, a mantener distendidas conversaciones mientras nos reíamos de nosotros mismos y a ahogar penas traductoriles en todo tipo de bocados altamente calóricos. Evidentemente, un planazo de los buenos pero, un servidor, decidió marcharse cuando el sol ya se había escondido tras las embarcaciones fondeadas en el puerto de Alicante pues la intensa jornada que nos esperaba el viernes bien valía un merecido descanso.

Desde la terraza se podía contemplar el puerto de Alicante

VIERNES 13 DE MAYO

El viernes comenzó con la conferencia impartida por Carmen Montes, que entre otros autores ha traducido a Henning Mankell y al poeta romano Publio Ovidio Nasón, y Alejandro M. Gallo, escritor de novela negra y comisario jefe de la policía local de Gijón (credenciales singulares las suyas), cuyo título, La traducción de las novelas policiacas y sus problemas, generó grandes expectativas entre los presentes. Y, la verdad, no defraudaron a un público que les tributó un merecido aplauso a la finalización del coloquio.

Empezó Carmen haciendo referencia a la película documental Die Frau mit den 5 Elefanten (La mujer con los 5 elefantes) protagonizada por la que es considerada la mejor traductora de novela rusa hacia el alemán, Svetlana Geier, que tuvo el gran privilegio de traducir a Fiodor Dostoyevski. Una recomendación cinematográfica que apunté en rojo en mi libreta. Fue una conferencia en la que se pusieron de manifiesto las inadecuaciones entre el texto origen y meta que se asoman a este tipo de literatura y vienen representadas por la disparidad de sistemas jurídicos y policiales, la tipificación de los delitos o las fuentes del Derecho, por mencionar algunas de ellas.

Fue un coloquio muy ameno donde acertamos a comprender que los agentes del CSI que vemos por televisión no son más que agentes privados que no pertenecen a ningún organismo público, lo que significa que sólo actúan y se personan en la escena del crimen si perciben el cautivador aroma de las tarjetas Mastercard. También supimos que los policías locales de Estados Unidos tienen prácticamente todas las competiciones atribuidas por Ley excepto las relacionadas con los delitos monetarios y de terrorismo. Es más, cualquier agente del pueblo más inhóspito de las praderas de Dakota del Norte tan sólo necesita una simple conexión a Internet para acceder sin ningún tipo de restricciones a la base de datos del FBI. Impresionante, ¿verdad?

Así pues, ¿qué equivalencia existe entre un poli norteamericano y otro español o francés? Creo que no es necesario responder a esta pregunta. A continuación, Maite Gallego Urrutia y Arantxa Mellado Bataller de Ediciona hicieron públicas en su conferencia Edición digital las dificultades de digitalización a las que se tiene que enfrentar el mundo editorial para asimilar la inminente venida e inmediata implantación del libro electrónico en el mercado. A tenor de lo presenciado, conocí de primera mano los inconvenientes que ello conlleva pero estimé una falta de previsión difícilmente justificable en un sector que, con toda seguridad, ha dependido y sigue dependiendo en exceso del libro en formato papel.

A continuación llegó Benito Gómez Ibáñez, traductor de El infierno digital de Philip Kerr, que expuso en su conferencia titulada El maldito bucle: las novelas de tema informático los inconvenientes idiomáticos con los que se topa el traductor de este ámbito especializado, máxime cuando los anglicismos se insertan profusamente en este tipo de novelas. Hizo referencia a tres factores principales que habían propiciado la introducción masiva de anglicismos en nuestra lengua: el primero de ellos, la televisión, aquella caja tonta, no tan tonta, que se había convertido en una enorme esponja que absorbía en cantidades industriales la influencia de la terminología anglosajona.

En segundo lugar, apuntó que los políticos se habían encargado de incluir en su lengua materna todo tipo de anglicismos con el pretexto de que eran hombres del siglo XXI que vivían inmersos en el inevitable proceso de globalización. Obviamente, esos términos han calado en la sociedad debido a la influencia que ejerce la clase política sobre la población. Expresó, en última instancia, la creciente autoridad y presencia de la informática en el mundo actual, hecho que había desencadenado el goteo incesante de tecnicismos ingleses dispersados sin control en la lengua española. La solución propuesta por Benito ante tal avalancha de anglicismos se basaba en la aplicación del sentido común tanto por parte de las instituciones oficiales de prestigio como por parte de los usuarios de la lengua para evitar caer en calcos, extranjerismos o neologismos que rebasan los límites de lo absurdo. Pero, mi pregunta es: ¿Quién pone aquí el sentido común, la cordura? ¿La RAE?

La siguiente conferencia, impartida por Robert Falcó y Ana Alcaina, ambos miembros del colectivo de traductores literarios Anuvela, iluminó, en parte, el camino a los estudiantes de TeI allí presentes que no tenían mucha idea acerca de cómo despegar como profesional autónomo de la traducción. El título de esta charla no dejaba lugar a la interpretación: Contratos, facturas, procesos: cómo diablos empezamos a traducir. Poca información de interés puedo rescatar de esta charla que no sepamos los que estamos intentando abrirnos paso entre la muchedumbre de profesionales de la traducción y no hay nada que los que ya llevan años en esto no sepan sobre facturas, régimen de autónomos, declaraciones de la renta, IVA o IRPF. Sin embargo, aportaré unos cuantos datos y conceptos que captaron mi atención.

El primero de ellos es que el 37,5% de los profesionales se dedican exclusivamente al mundo de la traducción mientras que el 62,5% restante lo compagina con otras actividades profesionales. Una referencia de la cual se puede extraer mucho jugo. En segundo y último lugar, constaté que una obra pasa a ser de dominio público en España cuando transcurren 70 años desde la muerte del autor. No me quiero olvidar de que los conferenciantes proyectaron en la pantalla los Blogs de Oliver Carreira y Leon Hunter refiriéndose a ellos como recursos fiables en los que poder encontrar información de interés acerca de la tributación y tantos otros aspectos que resultan algo confusos para los recién llegados.

La Paradoja de Chomsky tuvo su momento de protagonismo

La última cita de la jornada corrió a cargo de Javier Franco Aixelá, un incansable investigador en el ámbito de la traductología, docente de la Universidad de Alicante e impulsor, entre otros muchos proyectos, de la revista académica de traducción e interpretación MonTI. Javier nos ofreció una conferencia titulada El lugar de la teoría: del cómo es al cómo se hace, en la que quiso ensalzar la importancia de la teoría en la práctica de nuestra profesión.

Destacaría de su intervención dos aspectos que, a mi juicio, dieron sentido a toda su exposición: en su primer razonamiento defendió el hecho de que un traductor podía llegar a tener éxito sin necesidad de conocer los fundamentos teóricos de la traducción aunque su bagaje profesional sería mucho más completo si valorase el componente teórico e hipotético que se esconde detrás de toda traducción. El segundo y último aspecto que destacaría de su conferencia fue la pronunciación de una frase resolutiva que más bien sonó a sentencia: “Mejoramos originales”.

Y hasta aquí llegó para mí la jornada de viernes de este encuentro traductoril. En la segunda entrega de esta crónica desglosaré la última etapa sabatina del Polisemo que siguió deparando muchas y muy agradables sorpresas.

3 comentarios en “Crónica del III Ojo de Polisemo (1/2)

  1. Pingback: Ojo de Polisemo: III Encuentro universitario-profesional de traductores literarios. | El Placer de Traducir

  2. Alicia Dakota

    Menuda exposición de los hechos. Me ha encantado también, como otras de otros asistentes a las jornadas.

    Ojalá pueda conoceros a todos algún día.

    Un saludo y enhorabuena por el blog,

    Alicia Dakota

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    1. rairizo Autor

      ¡Hola Alicia! Me alegro de que te haya gustado la crónica. A lo largo de esta semana espero poder colgar la segunda parte de las jornadas. ¡Gracias!

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